Sensores Inductivos

Los sensores de proximidad inductivos detectan objetos metálicos (metales ferrosos y no ferrosos).

Un sensor inductivo consta de tres partes principales: bobina inductiva con oscilador, circuito de evaluación y circuito de salida. Cuando se aplica una señal oscilante a la bobina, se crea un campo magnético. La presencia de metal altera el campo magnético y es detectada por el circuito de evaluación, que activa una señal de salida.

La tecnología de detección inductiva permite detectar objetivos sin contacto, ignorando la mayoría de las influencias ambientales, como la luz reflejada, la suciedad, los residuos y el aceite.

Las aplicaciones típicas de los sensores de proximidad inductivos incluyen la detección de dientes de engranajes (RPM), el control de velocidad, la detección del final del recorrido y el posicionamiento/cierre en diversas industrias, como plásticos, embalajes, alimentos y bebidas, agricultura, transporte, minería y equipos móviles.

Algunas características clave de los sensores de proximidad inductivos incluyen:

  • No requieren mantenimiento y son resistentes al desgaste
  • Detección sin contacto
  • Salida de estado sólido para conmutación sin rebotes y larga vida útil
  • Excelente resistencia a golpes y vibraciones
  • Insensible a la acumulación moderada de polvo y suciedad
  • Resistente al agua
  • Ampliamente resistente a los productos químicos